LA FELICIDAD I

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EL PROCESO DE LA FELICIDAD

Desde que el hombre es hombre ha buscado la forma de encontrar la felicidad, hallar la fórmula para vivir plenamente. En esta búsqueda constante nos encontramos múltiples ideas y concepciones sobre la felicidad, hoy en día la ciencia considera la felicidad como un estado subjetivo propio de cada individuo, con dos 2 componentes:
► El componente emocional. La felicidad incluye emociones positivas y agradables como la alegría y la gratitud. Esto no significa que una persona feliz no sienta emociones negativas, por supuesto que sí pero predominan las emociones positivas.

► El componente cognitivo o de pensamiento. Cuando nos sentimos felices consideramos que nuestra vida va bien. Al evaluar nuestra vida decidimos si somos o no felices de forma que es la evaluación que hacemos lo que nos hace felices o no. Así, cada persona puede considerar su grado general de satisfacción vital o el grado de satisfacción en ciertas áreas (salud, trabajo, relaciones interpersonales, amistades, matrimonio, dinero, uno mismo, etc.).
Los estudios científicos nos dicen que cerca del 50% de las diferencias entre los niveles de felicidad de las personas depende de un condicionante genético, sólo el 10% se explica por las diferencias en las circunstancias de la vida (ser rico o pobre, sano o enfermo, hermoso o poco agraciado) y el 40% restante de nuestros niveles de felicidad depende de nuestro comportamiento, de las actividades deliberadas que hacemos todos los días. Es curioso que cuando preguntamos a las personas por la felicidad es ese 10% a lo que solemos dar importancia.
¿Qué cosas debemos tener en cuenta para hablar de felicidad?

El papel de las comparaciones

Estamos constantemente comparándonos con los demás. Nos sentimos bien o mal en función de los demás. El concepto que tenemos de nosotros mismos tanto en positivo como en negativo se configura con la comparación que hacemos de nosotros con los demás “soy muy inteligente cuando mi compañero lo es menos” así dependiendo de con quién o quiénes nos comparemos, nuestro nivel de felicidad se verá más o menos amenazado.

De hecho el éxito no nos inmuniza contra la envidia ya que siempre habrá alguien que tenga más. La envidia es por tanto, una gran amenaza para la felicidad. Ahora bien como digo siempre no hay emociones buenas o malas por sí mismas, lo básico es que estas sean conscientes, así una emoción en principio negativa como es la envidia, puede ser transformada en algo positivo, por ejemplo, la podemos convertir en energía para aprender de quienes nos despiertan envidia y en motivación para superarnos.
Las circunstancias externas

Las circunstancias externas influyen relativamente sobre la felicidad. Aunque se trata de una sentencia que no pueda ser generalizable hay estudios científicos que respaldan la incidencia de las circunstancias externas sobre la felicidad aunque como ya he comentado esto supone solo un 10% de nuestra felicidad
La propia voluntad y el deseo de ser feliz

Uno de los factores más importantes para incrementar la felicidad tiene que ver con incrementar las emociones positivas. Así, y siguiendo las propuestas de Seligman para tener una felicidad duradera se puede trabajar con las emociones tanto pasadas como presentes y futuras.

La próxima semana indagaremos en como trabajar con esats emociones pasadas, presentes y futuras

Mucho éxito y buena semana