CÉNTRATE EN TU BASURA

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Dicen que en España la crítica es deporte nacional y creo que un poco de razón hay. A diario nos encontramos con personas que hablan mal de otras que cuentan sus intimidades y que critican sus comportamientos la mayor parte de las veces sin tener ningún conocimiento sobre la vida y razones de esas personas para hacer lo que hacen, es como si de pronto todo el mundo se convirtiera en doctor, psicólogo, abogado y asesor de todo el mundo y se permiten el lujo de diagnosticar, opinar y predecir un futuro lleno de catástrofes porque  no hacen las cosas como los «críticos» creen que deberían hacerse.

El otro día una madre me contaba en la consulta que había decidido no «hacer más patio» con el resto de las madres del colegio de su hija porque ya no soportaba las críticas y comentarios negativos hacia otras familias: «si trabaja porque abandona a la familia» «si no trabaja porque es un vago» » si es permisiva con sus hijos porque los malcría» » si los controla porque los asfixia»

– Como si esas personas que critican fueran infalibles y perfectas en su educación, comportamiento y actos. Jaaaa – me decía mi paciente.

El caso es que el comentario de esta madre me hizo pensar que sería estupendo que dejáramos de sacar la basura de los demás y nos centráramos en la propia.

Quiero compartir con vosotros «los 3 filtros de Sócrates» una historia que da para reflexionar mucho.

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:

– “¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…”

Sócrates lo interrumpió diciendo:

-“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?

-“¿Los Tres Filtros…?”

-“Sí” – replicó Sócrates. -“El primer filtro es la VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”

-“No… lo oí decir a unos vecinos…”

-“Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”

-“No, en realidad no… al contrario…”

-“¡Ah!” – interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos a la último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”

– “Para ser sincero, no…. Necesario no es.”

– “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido…”

¿No os parece que se acabarían muchos problemas en el mundo solamente teniendo en cuenta estos tres filtros antes de soltar por nuestra boca aquello que se nos ocurra?

Ojalá nos demos permiso y nos atrevamos a hacerlo

Mucho éxito y buena semana